Una nueva frontera científica despega en 2025

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Una nueva frontera científica despega en 2025

Un laboratorio de microgravedad cambiará la investigación científica en el espacio

Una innovadora startup está a punto de transformar la investigación científica en el espacio, lanzando un laboratorio de microgravedad a partir de 2025 que podría cambiar nuestra comprensión de múltiples enfermedades.

A lo largo de las últimas décadas, los experimentos en el espacio han desvelado secretos que han revolucionado desde fármacos hasta avances en la alimentación y la cosmética. Sin embargo, todos sabemos que la Estación Espacial Internacional (ISS), la joya de la investigación espacial, se apagará en 2030. Entonces, ¿qué pasará con los estudios en microgravedad? Aquí es donde la startup IDDK, respaldada por Toshiba, entra en escena con una respuesta que promete dejar a muchos boquiabiertos.

La propuesta de IDDK, el Micro Bio Space LAB (MBS-LAB), se lanzará al espacio el 22 de abril de 2025. Este pequeño dispositivo permitirá estudiar los mecanismos de crecimiento de las células cancerosas, buscar una cura para el virus de la hepatitis C y desentrañar los misterios del envejecimiento. En el entorno de microgravedad, las células no tienen las mismas limitaciones que las que encontramos en las tradicionalmente planas placas de Petri. Esto les permite desarrollarse en estructuras tridimensionales complejas, proporcionando una oportunidad única para entender sus procesos biológicos de manera más efectiva.

Una nueva era de exploración científica a bajo costo

La magia del MBS-LAB radica en su tecnología de observación microscópica ultracompacta. Este ingenioso dispositivo, que se asemeja al tamaño de la punta de un dedo, inicia automáticamente los experimentos y envía a la Tierra imágenes microscópicas y otros datos experimentales. Todo esto mientras ocupa poco espacio y mantiene bajos los costos de lanzamiento, lo que significa que los experimentos pueden llevarse a cabo a menos de una décima parte del costo de los realizados en la ISS. ¿A quién no le gustaría poder avanzar en la ciencia sin romper el banco?

El chip de tejido, fundamental para el MBS-LAB, se crea utilizando células humanas y simula las funciones de los órganos en un piloto 3D. Entender las interacciones espaciales en salud humana podría transformar la medicina y mejorar la calidad de vida en la Tierra. Entre otras cosas, esto ayudará a descifrar cómo los tejidos y órganos se desarrollan en el espacio, y cómo la microgravedad y la radiación afectan nuestra fisiología en futuras misiones de larga duración.

El MBS-LAB será transportado en el prototipo de la cápsula de retorno PHOENIX, desarrollada por la alemana ATMOS Space Cargo. Este experimento, que se lanzará a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, servirá para demostrar la efectividad del MBS-LAB, anticipando ya su uso comercial en el 2026. A medida que se acerca el 22 de abril, miraremos al cielo con la esperanza de comenzar una era de experimentación espacial de bajo costo que marque un nuevo capítulo en la ciencia.

La llegada del MBS-LAB podría cambiar radicalmente nuestra forma de ver la investigación espacial, dándonos acceso a un futuro donde la exploración científica no tiene que depender únicamente de las infraestructuras actuales.

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