El reloj que desafió el espacio

El Omega Speedmaster, conocido como el “Moonwatch”, no es solo un testimonio de la ingeniería relojera, sino que se ha convertido en un símbolo de la aventura humana en el espacio. Para obtener su acreditación como reloj apto para el vuelo en todas las misiones espaciales tripuladas, este icónico modelo tuvo que superar pruebas extremas que desafiaron los límites de la tecnología de la época.
Cuando los científicos de la NASA se plantearon enviar seres humanos al espacio por primera vez, surgió una cuestión fundamental: ¿debían los astronautas usar un reloj de pulsera? Aunque las naves espaciales ya contaban con temporizadores electrónicos, en una situación crítica, donde la interferencia espacial pudiera comprometer estos sistemas, un reloj mecánico se convertía en la única opción fiable.
La NASA decidió, luego de un concurso abierto, que el reloj en cuestión debía cumplir con requisitos estrictos. Deke Slayton, director de operaciones de vuelo de las misiones Apolo, dirigió una carta a las mejores casas relojeras solicitando un cronógrafo de alta claridad. Omega, con su modelo Speedmaster ST 105.003, fue el primero en responder.
Las 11 pruebas que tuvo que superar el Omega Speedmaster
La NASA, sin inclinación hacia ningún fabricante en específico, buscaba que el reloj candidato superará con éxito una serie de 11 pruebas que simularán las duras condiciones del espacio. Estas pruebas eran:
- Baja temperatura: funcionamiento continuo en -18° C durante cuatro horas.
- Resistencia al vacío: exposición a ciclos de calentamiento y enfriamiento en una cámara de vacío.
- Humedad: operación en 95% de humedad entre 25 y 70° C durante 24 horas.
- Corrosión: exposición a una atmósfera de oxígeno puro a 70° C por 48 horas.
- Resistencia a golpes: soporte de seis impactos de 40 G en seis direcciones.
- Aceleración: capacidad de resistir 7.25 G de aceleración progresiva durante cinco minutos.
- Baja presión: prueba en 10-6 atmósferas a 70° C.
- Alta presión: exposición a 1.6 atmósferas durante 60 minutos.
- Vibración: resistencia a vibraciones aleatorias entre 5 y 2,000 Hz.
- Resistencia al sonido: soporte a 130 decibelios en frecuencias de entre 40 y 10,000 Hz durante 30 minutos.
Durante estas rigurosas pruebas, Omega no tuvo que realizar nuevas implementaciones ni rediseñar componentes. Simplemente sometió el Speedmaster que ya se encontraba disponible en el mercado. Mientras otros competidores fallaron, especialmente en la prueba de temperatura, el Speedmaster emergió victorioso.
El 23 de marzo de 1965, el Speedmaster ST 105.003 viajó oficialmente al espacio, marcando el inicio de su ilustre carrera. Para la NASA, solo se requería una modificación: la incorporación de una correa de velcro. Con el mismo modelo, se llevó a cabo la primera caminata espacial y se exploró la cara oculta de la Luna en 1968. Finalmente, el 20 de julio de 1969, el Omega Speedmaster se consolidó como el primer reloj en llegar a la Luna.
Hoy, 60 años después de esos acontecimientos históricos, el Omega Speedmaster sigue siendo un referente de la precisión y la resistencia, un recordatorio de un tiempo en que la humanidad confluía con la maravilla de lo desconocido, marcando cada segundo en su viaje hacia las estrellas.