Novak Djokovic: De la cancha al portafolio global sin olvidar la disciplina

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Novak Djokovic domina más que el tenis. A sus logros deportivos —más de 188 millones de dólares en premios acumulados y 30 millones anuales en patrocinios con marcas como Lacoste, Hublot y Asics— suma una estrategia patrimonial que no corresponde al deporte.
En 2025, con una fortuna estimada entre 240 y 300 millones de dólares, Djokovic ha convertido su disciplina en un modelo financiero. La cancha fue el inicio. El portafolio es la evolución.

Su estrategia en bienes raíces lo demuestra. Propiedades en Monte Carlo, Marbella, Miami, Nueva York y Belgrado configuran un mapa de inversión en mercados premium, con enfoque en revalorización, refugios fiscales y activos tangibles de largo plazo. En el fondo, es la misma lógica del juego: colocar la pieza en el lugar correcto y esperar el momento preciso.

Pero no todo es concreto. En 2020 adquirió el 80% de QuantBioRes, una firma danesa especializada en terapias biotecnológicas contra el COVID-19. Aunque cuestionada por algunos sectores científicos, la operación revela un perfil dispuesto a asumir riesgos calculados, especialmente en sectores emergentes.

Más recientemente, su interés por el bienestar lo llevó a involucrarse en Regeneresis, una start-up enfocada en pods de recuperación multisensorial. Aquí Djokovic no solo invierte: extiende su filosofía de entrenamiento a “nuevas canchas”. Une disciplina personal con oportunidad comercial. Conecta su vida privada con su visión empresarial.

Cápsula Regenesis

Hay una lógica que se repite: diversificación con sentido, riesgo medido, activos con valor estructural. Inversiones pensadas no para el aplauso inmediato, sino para sostenerse durante décadas.
Novak no apuesta a la fama. Apuesta al tiempo. A la coherencia. A la permanencia.
Porque cuando el cuerpo ya no esté en la cancha, su mentalidad seguirá compitiendo —esta vez en el mercado.

Cápsula Regenesis

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