El tren que hace del paisaje un lujo

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Cuando se piensa en Inglaterra, es fácil imaginar castillos, jardines victorianos o pubs centenarios. Pero a partir de julio, una nueva imagen comenzará a recorrer sus tierras: The Britannic Explorer, el primer tren de lujo nocturno que atraviesa Inglaterra y Gales con la promesa de transformar el trayecto en parte esencial del viaje.

Diseñado por Belmond —la firma detrás de algunos de los hoteles más refinados del mundo—, este tren de 18 cabinas se aleja de la idea del simple transporte, para abrazar una auténtica experiencia de lujo móvil. Cada detalle, desde los interiores revestidos en madera hasta los textiles de lana y piedra, fue concebido por el estudio londinense Albion Nord. El resultado: no es un tren, sino múltiples experiencias en movimiento.

El arte también encuentra su lugar sobre rieles. Obras de Luke Edward Hall y Marcus James, junto con mobiliario hecho a medida, imprimen carácter británico sin caer en clichés. Los tonos de las suites —verde para los valles, azul para la costa, floral para los jardines— evocan paisajes que cruzan más allá de las ventanas.

Pero si el diseño invita a quedarse, el itinerario invita a partir. Desde la estación Victoria en Londres, The Britannic Explorer ofrece rutas de tres o seis noches hacia el Lake District, Gales y Cornwall. En cada parada: experiencias locales, desde paddleboard en lagos escondidos hasta cenas privadas en la propiedad Lingholm, donde Beatrix Potter encontró inspiración. En St. Ives, los pasajeros tienen acceso exclusivo a la galería Tate y al museo de escultura de Barbara Hepworth.

La gastronomía, por supuesto, no es una categoría aparte: es parte del relato. Simon Rogan —chef con ocho estrellas Michelin entre sus restaurantes— supervisa un menú de temporada ejecutado a bordo por Sven-Hanson Britt. Aquí, el trayecto se saborea: carnes de herencia británica, vegetales costeros y quesos artesanales llegan a mesas con mantelería fina en los vagones Malva y Samphire. El bar de observación, con cócteles infusionados en botánicos locales, extiende la velada con ritmo pausado.

El bienestar también tiene cabina propia. En colaboración con la firma británica Wildsmith, el vagón de wellness ofrece tratamientos botánicos enfocados en descanso y renovación. Los Grand Suites incluyen una experiencia de spa; el resto de los pasajeros puede reservar meditación guiada o ceremonias de té en puntos estratégicos del trayecto.

Con tarifas que inician en £11,000 libras esterlinas (aprox. $15,120 USD) por tres noches, The Britannic Explorer no es solo una propuesta turística, sino una afirmación: la movilidad puede ser un ritual, el lujo puede moverse… y el tiempo, ralentizarse.

Para los curiosos, existe una puerta de entrada más breve: el clásico British Pullman, también de Belmond, con excursiones de un día, cenas con chefs Michelin y ambientación inspirada en los años 30. Una prueba contenida del esplendor ferroviario británico.

Hay quien viaja para llegar, y hay quien viaja para recordar. Este tren está hecho para lo segundo.

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