Cuando la Belleza Cambia de Manos

En un movimiento que sacude la industria cosmética, Hailey Bieber ha vendido su marca de cuidado de la piel, Rhode, a Elf Beauty por mil millones de dólares. El acuerdo, anunciado esta semana, marca un hito en la corta pero impactante historia de la firma lanzada por la modelo en 2022. Desde entonces, Rhode se ha convertido en una marca influyente gracias a una estética minimalista, una estrategia digital afinada y, por supuesto, el rostro carismático de su fundadora.
Según datos del acuerdo, Rhode generó más de 212 millones de dólares en ventas netas en los doce meses previos a marzo de 2025. A pesar de que sus productos solo se venden online, la marca ya planea su expansión física con Sephora en América del Norte y el Reino Unido.
Elf Beauty desembolsará 600 millones en efectivo y 200 millones en acciones, con la posibilidad de pagar 200 millones adicionales si la marca supera ciertos objetivos de crecimiento en los próximos tres años. Esta adquisición posiciona a Rhode como una de las operaciones más exitosas en el segmento celebrity beauty brand desde Fenty Beauty.
Aunque no se ha revelado cuánto ganará personalmente Hailey Bieber, medios estiman que su beneficio ronda las nueve cifras. La participación real de la modelo no está del todo clara, ya que tras Rhode hay dos vehículos de inversión —Angel Capital Management y Aser Ventures— que financiaron la operación desde el inicio. Sin embargo, su influencia como imagen y voz de la marca es incuestionable.
Bieber continuará como directora creativa y jefa de innovación de Rhode, asegurando la continuidad de la estética y los valores que la marca ha construido: frescura, transparencia y un enfoque directo al consumidor joven. Su permanencia es clave en un momento donde las marcas con identidad fuerte y liderazgo auténtico dominan el mercado.
Este acuerdo no sólo consolida a Rhode como un nuevo gigante de la belleza, sino que también consagra a Hailey Bieber como una empresaria con visión y capacidad para trascender el estrellato. En el universo de la belleza, queda claro: el nombre importa, pero la estrategia lo es todo.