El regreso del power dressing: la reinterpretan de el traje femenino para la nueva generación

El traje femenino nunca se fue, está de regreso con un nuevo lenguaje. Lo que en los años ochenta se convirtió en símbolo de autoridad para ejecutivas que rompían techos de cristal, hoy vuelve como declaración estética y de identidad.
Firmas como Dior, Saint Laurent y Max Mara han tomado el power dressing y lo han despojado de rigidez. Las hombreras se suavizan, los cortes se afinan y los tejidos ganan fluidez. El resultado: piezas que conservan la fuerza del tailoring clásico, pero con la versatilidad que demanda una mujer que se mueve entre la sala de juntas, un viaje internacional y una cena privada.
La novedad está en los detalles: pantalones de talle relajado, blazers desestructurados, siluetas monocromáticas y materiales que apuestan por sostenibilidad sin perder sofisticación. Incluso, casas como Balmain o Alexander McQueen han introducido propuestas híbridas que cruzan sastrería con toques de couture.

Dior
Más que imponer autoridad, el traje actual proyecta confianza silenciosa. Ya no se trata de “vestirse como un hombre”, sino de redefinir el poder en clave femenina: libre, contemporáneo y consciente de que el verdadero lujo está en la forma de habitar cada espacio.

Max Mara

Saint Laurent