Apagón histórico!

España, Portugal y parte de Francia viven uno de los mayores apagones de los últimos años
El lunes al mediodía, un corte eléctrico sin precedentes sumió a España y Portugal en un apagón generalizado. Esta interrupción, que se extendió por horas y afectó a millones, tuvo un impacto crítico en diversas áreas, incluyendo telecomunicaciones, transporte público, infraestructura vial y servicios esenciales como hospitales y aeropuertos. Ante tal crisis, ambos gobiernos no tardaron en activar gabinetes de emergencia, aunque las causas permanecen en el terreno de la especulación.
La Red Eléctrica Española (REE), responsable de la gestión y transmisión de energía en el país, calificó el evento como “absolutamente excepcional”, aduciendo que no se registraba algo similar en la historia reciente de España. Inicialmente, se estimó que el restablecimiento total del servicio podría tomar entre seis y diez horas; sin embargo, la situación en Portugal se complicó, con estimaciones que sugerían una recuperación que podría extenderse hasta una semana. Esto se debió a la complejidad del evento, que requería un cuidadoso reequilibrio de los flujos eléctricos a nivel internacional.
En la investigación para determinar la causa del apagón, se barajan varias hipótesis. Mientras el Centro Criptológico Nacional de España indaga la posibilidad de un ciberataque, la Comisión Europea, representada por la vicepresidenta Teresa Ribera, ha descartado esta posibilidad hasta el momento, indicando al público que se trabaja en estrecha colaboración con las autoridades de ambos países. Por su parte, REN (Redes Energéticas Nacionais), el operador de la red portuguesa, sugirió que el apagón fue provocado por una falla en la red española, que a su vez fue desencadenada por variaciones extremas de temperatura en el interior del país. Este fenómeno generó vibraciones atmosféricas que afectaron las líneas de alta tensión.
Las repercusiones económicas de este evento se prevén millonarias. La interrupción del suministro ha afectado a hogares, empresas y sectores esenciales, y el transporte ferroviario español sufrió un fuerte impacto, con la suspensión de trenes de media y larga distancia. En este contexto, las centrales nucleares de España declararon prealerta de emergencia ante la pérdida de suministro eléctrico externo, aunque los generadores diésel de seguridad permitieron continuar con la operatividad de las instalaciones. Afortunadamente, Enagás, el operador del sistema gasista, reportó que el suministro de gas natural no se había visto afectado por el apagón.
A medida que las horas avanzaban, el gobierno español, liderado por Pedro Sánchez, convocó una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional. En algunas regiones se activó el nivel 3 de protección civil, permitiendo que el Estado asumiera la gestión de la crisis. Aunque no se reportaron incidentes graves relacionados con la protección civil, el presidente reiteró que no existe aún información concluyente sobre las causas del apagón y que no se descarta ninguna de las hipótesis planteadas. En este contexto, se enfatizó la importancia de las interconexiones con Francia y Marruecos para facilitar un restablecimiento gradual del suministro en las diversas regiones de España.
A medida que la situación se desarrolla y se profundizan las investigaciones, será crucial observar cómo ambos gobiernos toman medidas para prevenir futuros eventos de tal magnitud. La estabilidad de las infraestructuras eléctricas no solo es vital para la economía, sino también para la confianza de los ciudadanos en el manejo de crisis que, aunque extraordinarias, son parte de la realidad del mundo interconectado en el que vivimos hoy.
La recuperación de la normalidad será un proceso gradual, uno que exigirá un examen cuidadoso y ajustes claros para garantizar que, en el futuro, los apagones masivos no sean más que una anécdota en la historia eléctrica de España y Portugal.