Nuevo juicio pone a prueba el poder de Meta

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Nuevo juicio pone a prueba el poder de Meta

Con el nuevo juicio a Meta, el futuro de Instagram y WhatsApp está en juego | WIRED

En el judicial de Washington, un evento marcado por el debate antimonopolio, comienza el juicio de la Comisión Federal de Comercio (FTC) de EE. UU. contra Meta, la gigante tecnológica que busca evitar la escisión de dos de sus activos más valiosos: Instagram y WhatsApp. La FTC alega que Meta adquirió estas plataformas con el objetivo de eliminar la competencia, debilitando así el mercado de redes sociales. En 2012, Meta compró Instagram por 1,000 millones de dólares, y dos años después, adquirió WhatsApp por unos asombrosos 22 mil millones de dólares. Estas compras han permanecido bajo el escrutinio de la FTC, que ahora exige que se reviertan estos acuerdos para restablecer la competencia.

El juez James Boasberg tiene la responsabilidad de decidir si Meta mantuvo un monopolio al utilizar estas adquisiciones. La FTC sostiene que este poder ha derivado en una experiencia de usuario deficiente, donde la privacidad se ha visto afectada y los anunciantes enfrentan condiciones más difíciles. Lo que está en juego aquí es mucho más que la suerte de dos aplicaciones: una victoria del gobierno podría sentar un precedente que desaliente a otras empresas tecnológicas de comprar startups innovadoras, lo que afectaría gravemente la inversión de capital de riesgo y el ecosistema emprendedor en el país. Aunque el juicio podría extenderse hasta 37 días, las verdaderas repercusiones podrían hacerse sentir por años con respecto a sanciones y apelaciones.

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La estrategia de la FTC se centra en probar que Meta ha sostenido un monopolio en “la prestación de servicios de redes sociales personales en EE. UU.” La agencia argumenta que Meta ha capturado más del 80% del tiempo de usuario en un mercado que excluye plataformas como YouTube y TikTok. Este enfoque busca resaltar no solo la falta de competencia, sino también cómo las adquisiciones de Instagram y WhatsApp se realizaron a partir del temor de Facebook de perder su dominio por nuevas aplicaciones emergentes. “Es mejor comprar que competir”, se cita en correos internos, un indicio claro de la postura de la empresa frente a sus retos de mercado.

Meta defiende su postura y alega que no hay monopolio en el sector. La compañía sostiene que la FTC está definiendo el mercado de manera demasiado restrictiva. Argumenta que plataformas como TikTok y YouTube son competidoras significativas. Si se considera este panorama más amplio, Meta niega que exista un monopolio. Además, la empresa sostiene que la FTC no ha demostrado que la adquisición de estos servicios haya perjudicado a los consumidores o anunciantes. “La FTC debe demostrar que los consumidores hubieran tenido opciones mejores sin estas adquisiciones”, afirman abogados de Meta, desafiando directamente la acusación de la FTC.

En el contexto actual, el futuro de Meta y el concepto de monopolio en tecnología penden de un hilo. Las implicaciones de este juicio no solo afectarán a la compañía, sino que también redefinirán las reglas del juego para el sector tecnológico en general. A medida que este proceso judicial avanza, la presión se intensifica sobre Mark Zuckerberg y su equipo, quienes están explorando un posible acuerdo de última hora para evitar una batalla legal más prolongada. El resultado de este juicio podría ser un capítulo decisivo en la historia de la tecnología, influyendo en la forma en que se realizan las innovaciones y los acuerdos en el futuro.

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